¿Cómo saber la pureza de las joyas?

Los metales preciosos como el oro tienen diversas formas de medición. Por un lado, está la proporción de peso en que el metal puro se encuentra en una aleación y, por otro lado, está la pureza del oro en milésimas que indican la proporción de oro puro dividido en 1000 partes iguales. 

El oro de 24 quilates es el más puro. Sin embargo, cualquier metal por puro que sea tiene una pequeña cantidad de impurezas. Las impurezas son propiedades químicas y físicas que forman parte del oro una vez a sido tratado.

Se considera puro el oro cuando tiene 999 milésimas. En este caso, el oro de 24 quilates tiene una pureza del 99,9%.

Hay diversas formas de saber si una joya es de oro de verdad. Para reconocer una joya de oro auténtico puedes hacer una serie de pruebas:

-Una prueba visual: Todas las piezas de oro auténtico de calidad tienen una marca que indica la pureza y los quilates que tiene. Si la joya no posee la marca, probablemente sea una falsificación. También puede suceder que la marca se haya difuminado con el paso del tiempo, pero muchas piezas falsas también incluyen esa marca para engañar. 

-Color uniforme: El oro tiene un color uniforme, por tanto, una joya falsa tendrá zonas de desgaste que mostrará que se trata de otro metal que no es oro. El oro de verdad, aunque se desgaste no tiene otro color. 

-Morder el oro: A pesar de que aparece en películas, se puede saber si una joya es de oro de verdad mordiéndola. La prueba consiste en morder la pieza de oro suavemente, en el caso de que aparezca una hendidura es oro de verdad. El oro es un metal blando, por tanto, se pueden hacer hendiduras con los dientes. Esta prueba no siempre es certera porque hay joyas que reciben un baño de oro en el que se puede hacer una hendidura.

-Prueba de la cerámica: Para realizar la prueba de la cerámica, se necesita un plato de cerámica sin esmaltar. Si al frotar la pieza sobre el plato aparecen unas líneas doradas, la joya es de oro auténtico. Si aparecen rayas negras, no es oro de verdad. 

-Test del imán: Con un imán potente, se puede averiguar si es de oro la joya o no. El oro no es un metal magnético, por tanto, si una joya se ve atraída por el imán no es oro, será un metal férrico. 

-Prueba de la densidad: Una vez se ha pesado la pieza de oro, se llena un recipiente con agua y se sumerge la pieza de oro. Se trata de ver la diferencia entre el nivel de agua antes de sumergir la pieza y después de sumergirla.  Para realizar la prueba se debe conocer el peso en gramos de la joya, las densidades más comunes son:

-El oro de 10 quilates cuenta con una densidad de 11,57 gr/ml.

-El de 14 quilates 13,97 gr/ml.

-El de 18 quilates 15,58 gr/ml.

-El de 24 quilates 19,32 gr/ml.

-La prueba del ácido nítrico: Se trata de un método complicado porque hay un tipo de ácido. Es corrosivo y puede ocasionar quemaduras si entra en contacto con la piel. Se trata de poner una pieza sobre una placa de acero inoxidable y echar unas gotas de ácido nítrico sobre la joya de oro. Si la joya se pone verde oscura solo tiene un baño de oro y la pieza está fabricada con otro metal. En cambio, si se pone de tono blanco quiere decir que la pieza está bañada en oro. 

Estas pruebas siempre pueden dar buenos resultados, pero es mejor ir a una joyería de confianza que te asesore.